A correr que son dos días. Media Maratón de Lucena. Marzo 2018


Después de las dos competiciones de enero, febrero iba a ser un mes de reposo en competiciones, que no en entrenos. Llevaba dos ediciones participando en la genial media maratón de Alora, y este año apetecía cambiar. Marzo se planteaba con varias opciones , una de ellas era la media maratón de Lucena. 

Después de ver varios atractivos videos de esta popular media maratón, tenía claro que 2018 sería el año de Lucena. Me inscribí rápido como casi siempre. 10 euro de inscripción, buen precio. 

Tras dar la lata en el club, compartir videos y animar al personal, sólo conseguí engañar a dos compañeros, ambos me acompañarían en el trayecto de Vélez a Lucena, donde nos esperaba otro compañero.

Mañana lluviosa, muy lluviosa, hemos tenido una entrada de año con mucha lluvia. Y hoy no sería menos, llegada tranquila a Lucena, casi todo autovía, mucho aparcamiento y con al menos una hora de margen, aparcamos y nos dirigimos al pabellón donde daban los dorsales, la lluvia nos empezaba a mojar de forma intermitente, no apetecía mucho correr así, pero si no se suspende, nostros para adelante. Rápida recogida del dorsal y para el coche a cambiarse, vuelta a la pista de atletismo y calentamiento. 

Gotas y gotas, sin ser una lluvia muy copiosa, era un poco molesta, y como el que no quiere la cosa, nos veíamos ya en meta con el pistoletazo de salida, a los pocos metros el primer grupo musical no animaba a buen ritmo y la gente, a pesar de la lluvia y de la hora, empezaba a verse en la calles de Lucena animando.

Así trascurrieron los primeros kilómetros, alguna cuesta que otra hacía que aminorara el ritmo, tenía intención de ir a menos de 5, y por ahora iba aguantando el ritmo. Estrenaba mis brooks pureflow 6 en competición y no sabía como me iban a tirar en esa distancia, con el suelo muy mojado. Buen agarre y excelente amortiguación sin ser muy cómodas dieron la talla.

Calles empedradas, cruzar por el interior de la plaza de toros, por el interior de un convento, campo de futbol, e incluso entrando al carrefour, así se las gastan en Lucena, todo esto con un sinfín de grupos musicales por la calle, cantautores, flamenco, rock, la orqueta del pueblo, batucada, etc... Sencillamente espectacular, la animación en el pueblo a pesar del mal día, sobresaliente. No se puede olvidar.

Kilómetro 16, aquí empezaba mi carrera, mi sprint, mi caza hacia el corredor rezagado. Kilómetro 19, ya cansado me quité el chubasquero, la lluvia no paraba, insistía y aceleraba a la caza de otro corredor que también en camiseta de tirantes apretábamos hacia el sprint final, no lo pude alcanzar, por el camino cayó alguno. Entrada al estadio de atletismo y entrada a meta. 

No me gustó que no me se usara el chip, lo de la pistola laser está muy anticuado, y mas si se agolpan corredores que se dedican a hacerse fotos con el beneplácito de la que utiliza la pistola o lleva el recuento, señores que es una carrera no un pase de modelos. Cansado por el esfuerzo, me dirigí a un hueco dónde estaba mi compañero Santi y esperamos unos minutos a que llegara nuestro tecer compañero.

Buena carrera para disfutar, que no para hacer marca. Una media de la que deben aprender muchas otras, por su precio, por su organización y su gran animación. Tras el merecido descanso y el cambio de ropa, nos tomamos un bocadillo y un refresco, camino para Vélez con el placer de haber cumplido los deberes, de haber terminado entero y disfrutado de esos veintiun kilómetros por las tierras de Alora, bonita ciudad que espero algún año volver.

Por el camino de vuelta, al no venir sólo, puedes comentar diferentes aspectos del running, del club, de la vida y de la sociedad. Esto se hace ameno con buena compañía, y se hace el camino menos largo.

Salud y kilómetros. Nos vemos en la próxima.

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