A correr que son dos días. Trail Cara los Tajos. "A Tajos" 18k. 30/04/2017

Hola a todos.

Una semana después de la media de Vélez, me enfrentaría de nuevo a un trail. Por suerte, mejor dicho por elección, escogería la versión mini de la prueba, la de 18k, la de iniciados. Estuve a punto, hace meses de irme a la 32k, era el siguiente peldaño en busca del siguiente en la escalera de subida hacia distancias mayores, hacia carreras mayores. Y....¿por qué? No lo sé, donde esté el límite, hacia allí navego, no tengo prisas, no sólo se disfruta al llegar, también el camino hacia la meta es una experiencia en sí.

Fin de semana lluvioso y todavía cansado de la semana anterior, el esfuerzo en la media de Vélez había sido alto, y todos los excesos se pagan. 6:15 de la madrugada, hasta las 1:15 no había comenzado a dormir, ya empezaba mal, con falta de sueño, son los pequeños grandes errores que cometemos algunos, por optimismo o por falta de experiencia, todo se compensa con la motivación. 

Así partíamos varios compañeros a las 7:25 camino de Alhaurín El Grande. 8:35 ya aparcado el vehículo nos fuimos a reconocer el terreno, es en esos momentos, en esos minutos previos donde no solo formas parte del contenido, sino que estudias a tus adversarios, respiras el ambiente. Tú también vas a correr, también formarás parte de la historia de Trail Cara Los Tajos, aunque sea en su versión mini. Una carrera que con sus 18,5 kilómetros y sus más de 1200 de desnivel, engañan al novato y fuerza al veterano. 

9:15 ya vestidos y uniformados, calentamiento previo, leve, algo es algo. El arco de salida me saluda, parece que pocos se atreven a acercarse, me acerco y casi en segunda línea de salida, espero el turno, espero el disparo que nos ponga a todos en marcha hacia las montañas que aun lado nos desafían y nos observan, silenciosas.

El terreno todavía resbaladizo por la lluvia, pisar con cuidado es esencial, son muchos los relatos de corredores confiados que por el terreno o por golpearse con otro corredor han tirado una carrera por alto e incluso una temporada, no quiero que sea mi caso. Las cuestas empiezan a mostrarse, ávidos corredores se disparan y se abalanzan, no tengo prisa, no se a lo que me enfrento y no quiero malas experiencias. 

Pulsaciones altas, no es buena señal, tengo que relajarme, pero con este flujo continuo de corredores es imposible relajarse. Los senderos son estrechos y las rocas traicioneras, por suerte la temperatura es idónea, no hace calor ni frío. Los kilómetros van pasando. Objetivo, hacerla en menos de tres horas. Y en tres horas, se que muchas cosas van a pasar, muchos pensamientos pasarán por mi mente. Diferentes estados de ánimo, momentos alegres, momentos de desánimo. La música de mi reproductor de mp3 va soltando canciones, algunas ayudan, otras mantienen y de vez en cuando es necesario una pausa, al igual que en los avituallamientos, la pausa de la carrera, donde beberé y comeré lo necesario.


Atento, con todos los sentidos, el que va delante, el que va detrás, el que te quiere adelantar, el camino, la piedra, el barro, senderos estrechos, resbalas, te caes, te levantas y te vuelves a caer. El esfuerzo de querer mantener el ritmo o la impotencia por no poder adelantar, la bajada que no controlas donde tus piernas van solas, o el dolor acumulado después de una eterna bajada o una extenuante subida, con los pensamientos de ¿qué hago yo aquí? Tu energía tiene límite y tienes que saber como distribuirla, cuándo comer, cuándo beber. Y bajas hacia los kilómetros finales, quieres terminar ya, volver a casa. Ultimo avituallamiento, dos kilómetros, no quiero parar, no voy a parar, no quiero perder un puesto más. Sigo bajando, y dolorido, llego al asfalto. Ves la meta y se te dispara el corazón, el arco de llegada a la vista y la alfombra tricolor te da la bienvenida, un puesto más, tal vez dos o quizás no perder tu actual puesto. Y cuando cruzas, el subidón es tan grande que quieres más y ya estás pensado que podrías haber apretado mas, que tal vez la distancia larga hace mas honor a mis objetivos y aunque llegando de los últimos podría haberlo disfrutado y sufrido más...





Tal vez el año que viene, otra humilde crónica otro breve relato haga un recuerdo, una imagen o un intento fallido o una alegría inmensa al volver a cruzar el arco de meta. Mientras tanto sigo soñando.

 Nos volveremos a ver Trail Cara Los Tajos.

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