Aquí termina un
ciclo y comienza otro, mejor sin duda, con más retos, con más
desafios y muchos más kilómetros. Pero para no enrollarme más de
las cuenta y no aburriros voy al grano.
Al principio me
chocó el cambio de recorrido, pero después estudié todas las
posibilidades que tenía y sin duda ha ganado mucho. Recorrer calles
históricas con bajadas y subidas interesantes han dado mucho juego.
A diferencia del
año pasado, que llevaba un gorro a modo de tarta, este año me
centraría en correr a tope. Otra vez en mala posición, pero como
siempre da igual, tiene sus ventajas. De nuevo con mi estrategia de
cazador que siempre me funciona. Y esta vez no sería menos.

Así bajé casi a tope por
la calle de enmedio para dar de nuevo a calle las tiendas con la
segunda gran bajada en calle beatas para dar a la rápida calle
reñidero, así hasta subir de nuevo y volver a bajar por el centro
para ir hacia casi la plaza de san roque y volver a muerte hacia las
carmelitas, meta. Genial, otra vez me lo pasé muy bien atacando y
siendo atacado pero adelantando más que siendo adelantado.
Me quedé
un sólo 110 de la general y 35 en mi categoría de casi 450
participantes. Lo cual me doy por "sumamente satisfecho".
Enhorabuena a la
organización como siempre por el avituallamiento tan genial y por
el acertado recorrido. Sin duda una genial experiencia para que por
qué no, que se repitiera en nocturna y mejor subiendo a la fortaleza
o al cerro, sería una idea estupenda.
Por último tuve
una segunda mejor experiencia.
El año pasado corrí con mi hijo
jorge, corrimos juntos todo el tiempo y se portó como un leon. Este
año él y mi otro hijo Marcos irían en la suya. Marcos el año
pasado me vió correr por la Vivar Tellez y puso esa cara de pena que
de vez en cuando sólo saber el poner. Y me ha estado dando la
tabarra todo el año con "papi, yo quiero correr contigo".
Y yo que no podía ser.... Pero gracias a mi gran tiempo y al retraso
en la segunda carrera, la de los menores, pude acompañarle,
animándole durante todo el recorrido y disfrutando juntos. Todavía
tengo grabada su cara de felicidad, y mientras escribos estas líneas,
casi con lágrimas en los ojos, me doy cuenta que hay cosas que ni
los mejores regalos del mundo pueden comprarlas.
Nada, no os
olvidéis disfrutar. Porque si nos disfrutáis ¿vale la pena?
Nos vemos en las carreras.
Comentarios
Publicar un comentario