Creo que las ruinas de dicho emplazamiento tal vez en mi vida las visité una
o dos veces, en bicicleta y de ésto hace más de veinte años....
Así que con muchas
ganas fuí haciéndome el cuerpo. Tras varios intentos de quedar, que
sí uno se apunta que si el otro no puedo, que ¿quién coño se
levanta temprano un domingo?. O que si la ruta era muy fea, y sí que lo era.
Al final, casi de
una semana para otra nos pusimos en marcha, finalmente sólo cuatro
los participantes, los mismos que el año anterior subimos a la
maroma. Sobre las 9:15 y saliendo desde el polideportivo nos
dirigimos por la ruta habilitada que une Vélez y Caleta y que forma
parte de la Gran Senda de Málaga, dicho camino es el camino de algarrobo, pero no el que transitamos camino a la Caleta, sino otro que se desvía a la izquierda, aquí nos econtramos con este curiosa zona para meriendas y otras hierbas, el cual también desconocía, para después coger un desvío que
nos llevaría al cruce del río Seco y unos pocos metros a la
izquierda, otra vez recto, pero esta vez subiendo a tope.
Aunque la
temperatura era de un poquito de frío, a la hora de transitar por
estos lares alejados de la mano de Dios, ya empezamos con los calores
propios más de otras épocas, y cogiendo un ritmo interesante
seguimos subiendo y subiendo, el camino a veces de tierra y las más
de la veces asfaltado no nos permitía gran vista, sólo vista
parcial de los terrenos y viviendas y con cruce de la típica
furgonetilla de campo, con un ambiente seco, pero al menos muy silencioso.
De vez en cuando en
alguna curva, nos obsequiaba con unas vistas muy decentes, de Vélez
y de la playa, pero de ésto ya transcurrido un buen rato.
Casi tras recorrer unos metros nos encontramos
con un grupo numeroso de motoristas, no sé que encanto lo de las
motos, lo de la bici lo entiendo, pero lo de la moto, con su ruido y
contaminación no lo comparto.
Las piernas y el
cansancio de mi desentrenado cuerpo empezaba a notarse y por
desgracia en este día no había traido el calzado adecuado y mis
pies se resentían. También nos encontramos con excursionistas
tardíos, y el sol nos dió de lo bueno, así lo atestiguan mis
quemaduras. Ya cerca, y de vuelta, no saludaba el río seco, haciendo honor a su nombre, indicándonos el fin de la bajada y el tramo final que nos conduciría por fin al punto de partida.
En nuestra segunda salida en este pequeño grupo que hemos formado, vamos disfrutando de la naturaleza, quitándonos el estress e inyectándonos un chute de energía de positivismo y compartiendo al andar, nuestros gustos, la literatura, la política y un poco de todo, intercambiado opiniones, y caminando se va aprendiendo a ser tu mismo y a conocer a los demás.
Que rica herencia la que todavía tenemos
y por suerte podremos disfrutar, el sol,

Atados como esclavos con las cadenas que son el dinero, el cual nos esclaviza y nos engancha cual vil droga, y no al uso, sino al abuso, como casi todo en la vida, fuente de pesares y de crisis económicas y de valores.
Vélez Málaga, Marzo de 2014.
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