
Estuvo conmigo
desde el 2006 al 2007, más o menos de 18 a 24 meses, dependiendo de
la portabilidad de turno, y curiosamente no recuerdo el importe, tal
vez fuera unos 75 euros y de la mano de yoigo si mal no recuerdo. Un
smartphone propiamente dicho y aunque carecía de wifi, era un
bicharraco interesante.
La cámara de 2mp
hacía unas fotos bastante decentes, de las cuales todavía tengo guardadas
muchas, algunas impresas. Su ranura para la tarjeta de memoria y su
pantalla daban mucho juego. La calidad de nokia y su sistema simbyan
empezaban a dar caña al mercado.
Incorporaba una
camara frontal para videollamadas, que por cierto nunca realicé, el
precio para una videollamada era desorbitante y no todos los
terminales lo permitían debido a la variedad de modelos.
Un términal
bastante gordito, pero es lo que se llevaba. Los más pudientes se
agenciaban de nokia n90 y el n95, que eran considerados terminales de
alta gama. Un plato suculento para las compañias que lo ofrecían
para sus clientes de tarifa alta.
Lo que era bastante
molesto era su teclado, que quedaba un poco ridículo y marcar era un
poco incómodo.

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