Hoy me voy a permitir, y aunque es sólo un resumen, extenderme más de lo habitual para intentar relatar este día especial :
En mi segunda
salida con la concejalia de deportes de Vélez me esperaba una
pequeña aventura. La primera broma del destino, era hacer una
comentario jocoso sobre el folleto repartido en el bus. Hacía
publicidad del pueblo de Juzcar, llamado el pueblo de los pitufos,
nada de mapas, consejos, teléfonos, ... Mi comentario es que vaya dura jornada que nos espera en el pueblo de los pitufos...
Hasta ahí bien,
llegamos al pueblo de Parauta, por cierto la próxima bien me
estudiaré o bajaré alguna mapilla en pdf para el móvil, al menos.
Porque los nombres éstos tienen tarea. La ruta era de Parauta –
Cartajima – Juzcar y terminar en Pujerra. Nada más aparcar y
curioso que soy me fijé en el cartel que indicaba más de veinte
senderos diferentes, ahí ya me dió mala espina.
Cruzando el pueblo,
hicimos un alto en el bar de turno, para un breve descanso, cosa que
no me pedía el cuerpo. Tras cinco minutos eternos vi que empezaba a
salir gente del bar y como a mí me gusta salir en cabeza me metí
con ellos. Primer error ir solo sin conocer a nadie, bueno iba con mi
cuñao pero lo perdí de vista. Así que tras varios kilómetros y
pensado que este grupo eran los del otro autobús que venían con
nosotros, empecé a mosquearme un poco, sobre todo cuando el guía
dijo "la gente de Ronda" que se venga para acá... Ahí
saltó la alarma, qué ha pasado. Llamo a mi cuñado y le comento lo
ocurrido, me pasa con otro monitor y me dice que me espere que ellos van más retrasados. La verdad es que me esperé más de treinta
minutos y ellos ya habían llegado al segundo pueblo Cartajima y yo
lo tenía enfrente pero al otro lado del valle, en la montaña de
enfrente. Vaya mierda.
Aquí la cabeza
empieza a trabajar a marchas forzadas, sigo adelante o me vuelvo,
cojo un taxi, bajo por la vereda y me tiro al monte... Un sin fin de
posibilidades, al final opté por seguir adelante y coger al grupo de
Ronda, pero tras unos cientos de metros, le pregunté a un lugareño
que me dijo que no había ninguna buena opción para llegar a Juzcar,
que Cartajima estaba enfrente y que mejor que cruzara monte abajo y
luego para arriba. Decidí dar la vuelta y coger un taxi en Parauta,
primer error, con un mapa y con un pequeño croquis de la ruta
hubiera solucionado el entuerto y me abría ahorrado muchos
kilómetros. Teniendo en cuenta que cogiendo el camino hacia Igualeja
lo tendría muy fácil para llegar a Pujerra, al menos me habría ahorrado muchos kilómetros.
A trote llegué a
Parauta, decepción, ni taxis ni transporte público, ni nadie que me
orientara sobre la mejor opción, no me iba a aventurar al bosque
porque la cantidad de senderos me crearía algún problema así que
decidí hacer autostop en la carretera, con el peligro de los coches,
lo que no sabía es que la distancia a recorrer era peor que la
inicial, unos veinte kilómetros con los ya cinco o seis recorridos.
Claro de ésto te vas dando cuenta cuando vas trotando y andando. Lo
de autostop incluso juntando las manos y pidiendo por favor
gestualmente hablando, no dio resultado, realmente creía que algún
alma caritativa se apiadaría de mí, pero nada de nada.
Tras siete
kilómetros recorridos hasta Cartajima, otros cinco hacia Juzcar,
allí descansé un poco, volví a ponerme en contacto con el grupo y
según me comentaban les quedaba una hora de camino.
Todavía quedaba
llegar al destino Pujerra, todo esto hablando con la gente, el gps y
tras contrastar información, me quedaban unas dos horas y veinte
minutos, unos ocho kilómetros más. Pero no me iba a rendir, me
llevaban casi hora y media de ventaja, estaba cansado, pero con
energía suficientes para afrontar la última etapa. Con un poco de
fatiga por tener que hacer esperar al grupo me lancé de nuevo al
ataque, pero la suerte en última hora y tras recorrer unos tres
kilómetros de los ocho que me quedaban, ojo que seguía haciendo
autostop pero nada de nada y de pronto se me para alguien sin casi
hacerle autostop, me preguntó por el camino si era el correcto para
coger la carretera, según las indicaciones que me habían dado, de
allí se llegaba hacia Igualeja y de ésta a la carretera, así que
me llevo hasta Pujerra ahorrándo cinco kilómetros.
Que satisfacción
cuando vi a la entrada de Pujerra los dos autuboses aparcados. Eran
las 16:00 y en teoría el grupo casi tenía que haber llegado.
Y aquí el destino
da la vuelta.... Y los perdidos son ellos. En el último tramo se
habían desviado unos cuantos kilómetros. Al final llegaron dos
horas y media más tarde que yo.
Lo siento pero me alegré un poco, o
mucho, según se mire. No es que me divirtiera con la jornada, pero
si tuve la oportunidad de hacer una buena parte del sendero, ver y
oir cosas interesantes y compartir ese tramo con la gente de Ronda,
que seguro me hubieran ayudado y orientado mejor que otros.
Hoy martes, con
unas agujetas interesantes, intento relatar esta pequeña desventura
con la alegría de haber tenido esta experiencia interesante y
pensando como evitar en próximas salidas estas adversidades.
Un saludo al grupo
de Ronda que tan apañao se veía, y cómo se parecían algunas caras
a gente de Vélez, os lo juro.
Por cierto, si
alguna vez veis alguien en carretera, corriendo o trotando, que os
pide por favor que paréis, al menos parar a preguntar, si no os
convence siempre podéis decir que no, seguro que tiene una historia
interesante que contar...
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