Tras
un 25/03/2018 dónde hacía mi carrera más dura hasta la fecha, y
con escasas tres semanas de recuperación, volvía a una competición,
la de más volumen hasta la fecha, mi primera maratón de montaña.
Qué bien suena, la verdad.
A
estas carreras le llevo echando el ojo, ya de años atrás, esperando
que mi forma física me permita poder terminarlas, y este 2018 sería
el año de intentarlo, ya venía de una maratón de málaga sobrado.
De varios trail satisfechos con 32k y con ganas de más.
Sus
interesantes y sugerentes videos en youtube sobre las anteriores
ediciones me atraían bastante. Para esta edición 2018 había
aumenta el desnivel en 300 metros más, cosa que no sé porqué, ya
esta carrera es muy popular, y para nada necesita que se aumente la
dificultad. No obstante ahí estaríamos.
Tras
la campaña previa en el grupo de wassap del club, intentando atraer
a mi aventrua a algunos incautos, dos picaron. Compañeros que me
acompañarían casi hasta la mitad del recorrido, a los cuales les
agradezco el acompañamiento y que les felicito por su carrera, donde
por supuesto la terminaron.
Tempranito
me dirigía hacia Alhaurín de la Torre donde dos compañeros me
esperaban para salir hacia Anterquera, ya allí y tras recoger el
dorsal y cambiarnos nos pegamos un buen desayuno a base de mollete de
Antequera con un par de café solos
Mas
de 700 corredores inscritos. Me sorprende que una prueba de estas
características con sus 44 K y sus más de 1750 metros de desnivel
atraígan a tanto corredor. Luego lo averiguaría...
Dentro
del pabellón el ambiente era genial, un poco de nervios y nada de
frío, decidí en última hora no ir con la mochila. Y sin la botella
de mano. Había visto unos avituallmientos muy suficientes y confiaba
en ellos.
Pistoletazo
de salida, a ritmo muy tranquilo, subiendo las cuestas céntricas de
Antequera hacia su Alcazaba, cruzando sus calles nos dirigíamos
hacia los bellos parajes y zona de monte, poco a poco nos adentramos
en zona de montaña, carriles sinuosos, riachuelos, cuestas y ....
barro mucho barro.
Las
lluvias de día anteriores habían convertido en la pesadilla de
muchos corredores, el barro, resbaladizo, haría las delicias de mil
y una caídas. Calzado con barro y barro como nunca había visto. Por
suerte los primeros kilómetros hacia antes de llegar al 18k, habían
sido muy sobrados de energia y alegría, suave recorrido, con una
subida importante de montaña pura, casi de escalada escarpada en su
kilómetro 13k, con una bajada picona y peligrosa , con multitud de
charcos, barros y esquives de peligro continuo hasta el 18k. A partir
de ahí una carrera de peso, peso en los pies por el barro que no
salía ni a patadas. Espectacular. Así fue transcurriendo un variado
paisaje, hasta creo el kiómetro 25 casi en mitad del recorrido en el
pueblo de Villanueva de la Concepción, otro tramo duro recorriendo
el Torcal, cuestas y cuestas.
Como
siempre la competencia entre corredores, picados, adelantando y
siendo adelantado. Genial.
Es
díficil, tres meses después y recordando tramos y trazos, pero se
me hace tan rápido que sólo recuerdo pocas partes. Kilómetro 30,
esto está hecho, así pensaba, bajadas y alguna cuesta, sin ser muy
pronunciada, ya en el 36 me dejé caer, para pagarlo en el 40, y
pasado este en una metedura de pata, picado a tope, nos perdimos
entre la mala señalización de este tramo final y la picaera con
varios corredores, metros y puestos perdidos en esos minutos que
molestan bastante pero que se arregló con la recuperación y vuelta
al recorrido y con una entrada a puto tope.
211/700
en la general. Muy satisfecho y con posibilidad de mejorar. 6 horas y
29 minutos. Para estos casi 45 kilómetros, uno mas que nos colamos
entre la perdida y tal. Ya en meta, tocaba esperar los treinta
minutillos más que tardaron mis compañeros. Ya juntos y tras
recoger la medalla y la bolsa del corredor (la camiseta vino dos
meses después, pero muy chula), nos dirijimos al avituallmiento
final, donde saludaríamos a la leyenda SuperPaco, y nos tomaríamos
una cerveza fresquita acompañado de un estupendo plato de paella.
Sin ganas de ducharnos y con ganas de volver nos dirijos a por el
coche, por el camino relatamos nuestros recorridos, seguro que todos
disfrutamos mucho.
Un
evento para repetir, muy recomendado. ¨Duro y bello a la vez, pero
asequible. Este año han bajado los corredores, llegando en ediciones
anteriores a los 1000, trescientos menos es una bajada muy
pronunciada.
Si estás pensando en ir, revisa tu historial, ¿te has hecho antes un 32k? Si no es así, hazte antes y poco a poco, esa escalera de volumen hacía un 44k, son muchas horas en montaña y aunque se pasa bien, si la forma física y preparación no es la suficiente, te pasará factura.
Seguro
que volveré, la veo como muy buena opción de preparación para la
101 o si te quedaste sin plaza para quitarte el gusanillo. El abril
del 2019 se plantea con varias opciones, y en esta carrera he
disfrutado mucho. Sin duda con una mejor preparación hubiera tardado
mucho menos, pero el resultado ha sido genial, sin duda.
Salud
y kilómetros para todos.
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