Hola
a todos,
Mayo
del 2016 fue casi espectacular. Cinco fines de semanas y cuatro
carreras, y ésta fue la que faltó. En 2017 no podía fallar. Este Mayo al contrario que el anterior 2016, sería un mes tranquilo, ya estoy
echando freno y tampoco es plan de quemarse con carreras todos los
fines de semana, luego quieres rendir en la siguiente carrera y te
deja ese mal sabor de boca o de piernas mejor dicho, a parte de que
rompe los esquemas de entreno.
En
cuanto salieron las inscripciones, de los primeros apuntados. Mayo
con Sayalonga y Algarrobo serían mas que suficientes. El comienzo de
temporada había sido brutal y el comienzo de año tras el traspies
de diciembre-enero también estaba siendo a tope. Mayo sería un mes
casi de descanso tras la competitiva Trail Cara los Tajos, la media
de Vélez y la Pinsapo, todas en el mes de abril y a cual mas
exigente.
Dos
semanas no fueron suficiente descanso para rendir como uno gusta en
la carrera y lo pagué...
Calor,
mucha calor y salida a las 11:35 del domingo. Buen ambiente en la
plaza del pueblo, llegando con una hora de antelación, aparcamiento
de sobra, recogida de dorsales y a la espera con las fotos y saludos
de rigor a los compañeros del club y conocidos.
Carrera
de los peques y a calentar un poco, sólo un poco. Veía poco
popular, y es que la voz se corre, la gente sabe que es una carrera
dura con mucha cuesta seguida, sin apenas respiro.
Casi
setenta corredores nos lanzaríamos a la conquista de la interminable
cuesta, y no es que lo pasara mal, es que tampoco me encontraba esa
mañana con fuerzas para acelerar ni motivado. Al menor signo de
cansancio bajé el ritmo, tal vez hubiera sido mejor calentar mas o
reservarme un poco en vez de salir a tomarme tan rápido, y es que
cuando el pulsómetro se pone a 180 es que hay algo que no va bien.
Llegó
un momento en que tuve que andar, la calor y las subidas
interminables me estaban pasando factura, el agua en los dos puntos
de avituallamiento me dio la vida y empecé a acelerar, parece que
hasta el kilómetro cinco no estaba caliente y ya empezaba a
recuperarme y a sentirme mejor. Dos kilómetros para meta y empezaba
la bajada brutal, pero me encontraba muy bien, ni aun siendo la
bajada tan pronunciada no notaba nada de molestias y apreté el ritmo
dejándome llevar, para afrontar los ultimos metros por debajo de 4.
Sensación
de "qué pena, ahora que empiezo a disfrutar se acaba esto".
Enhorabuena
a la organización, aunque sólo es su segundo año, creo que poco a
poco se irá consolidando como una carrera exigente, que no está
hecha para cualquiera. Creo que un par de kilómetros más por el
pueblo, la harían mejor. Un 10k, suena como más categoría. Y es que su 277 metros de desnivel son de respeto.
El
precio es un atractivo, como tiene que ser, cinco euros y un euro
para los peques. Sin duda todo un atractivo. Su camiseta y su detalle
con el avituallamiento de bebida, fruta y sobre todo nisperos.
El
año que viene prometo darlo todo o no. En todo caso seguro que hay
que mejorar, creo que la clave está en calentar un poco mas. No se,
a lo mejor el cansancio me pesaba o mi expectativa era demasiado
exigente. Todo eso lo vería dos semanas después en la carrera de la
Mayora, pero eso será otra historia.
A mejorar... Hay que balizar un poquito más. Estuve un minuto parado en un cruce ante la duda de coger un camino u otro. Las balizas no son caras y ayudan, dando seguridad al corredor. La musica en la plaza, no puede estar a tope, y si vais a poner musica poner lo típico de AC/DC y algo relacionado con los friki corredores, nunca "despacito". Innovar, el año que viene no deis camiseta, dar calcetines o camiseta de tirantes, algo nuevo...
Todo
un motivo para volver a Sayalonga, bonito pueblo con encanto. Y si el
destino quiere nos veremos en el 2018.
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