El
otro día les leía el cuento del principe feliz, que ya casi no me
acordaba o que tal vez, ahora, con una perspectiva de adulto se
entiende de una forma diferente. Me emocionó dicha lectura, a parte
de la sensiblería de que finalmente los protagonistas pasen a un
"mundo mejor", no deja de sorprenderme varias cosas.
Por
un lado el echo de repartir a trozos una estatua chapada en oro y
rubies orgullo de la ciudad, entre los más pobres y necesitados y
por otro lado, la indiferencia de los políticos que viendo el
desvencijado estado de la estatua, deciden tirarla y reemplazarla por
otra del propio alcalde.
Este
cuento es del famoso escritor Oscar Wilde, escrita en 1888. Más de
100 años después sigue vigente. Y luego no pude dejar de recordar
la letra de la canción del grupo Margo de Oz, Fiesta Pagana "....de
la misma condición no es el pueblo ni un señor, ellos tienen el
clero y nosotros nuestro sudor Si no hay pan para los tuyos y ves muy
gordo al abad, si su virgen viste de oro, desnúdala..." I
Independientemente
del matiz religioso, aquí vemos un ejemplo de necesidad y ver como
los ídolos de oros son adorados mientras la gente pasa necesidad.
Sin duda Oscar Wilde no inventa nada nuevo, mejor lo reinventa y
actualiza un sentir de ayuda al prójimo, de lucha contra lo
establecido, de la justicia social, de repartir y de dar.
Pero
al final de todo, siempre decidimos lo mismo, reponer la estatua.
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